El Tribunal Oral Federal N°1 de Salta, integrado por Federico Díaz, Marta Snopek y Marcelo Juárez Almaraz, condenó a Gabriel Enrique Gordillo a la pena de 6 años y 8 meses de prisión como coautor de un hecho de transporte de estupefaciente, agravado por el número de intervinientes, y como autor del delito de uso de documento falso tendiente a acreditar la propiedad de un automóvil.
La condena fue dictada el 15 de mayo pasado y alcanzó también a Daniel Héctor Moreno, en calidad de coautor del primero de los delitos. El tribunal ordenó el decomiso de un vehículo Volkswagen Fox, propiedad de Moreno, que fue utilizado para el traslado de 18 kilos de cocaína.
El conductor del vehículo, Marcelo Hugo Ramírez, había sido condenado previamente por la jueza federal de Garantías de Tartagal, Ivana Hernández, a la pena de 4 años y 2 meses de prisión, por el delito de transporte de estupefacientes agravado.
Las condenas impuestas fueron producto de tres acuerdos de juicio abreviado, modalidad de resolución de conflicto a la que arribó la Sede Descentralizada de Tartagal, a cargo del fiscal Marcos Romero, en el marco de una investigación abierta el 10 de junio del año pasado, cuando Ramírez fue detenido en el puesto de control de la Gendarmería Nacional en la localidad de Aguaray.
El fiscal afirmó que los tres hombres ahora condenados habían planificado y ejecutado el transporte de la droga. Sostuvo que la cocaína había sido obtenida en la zona de frontera con Bolivia, tras lo cual se la ocultó en el auto VW Fox en la ciudad de Salvador Mazza.
Explicó que Ramírez, en su rol de transportista, condujo el automóvil desde la ciudad fronteriza, hacia el sur del país, y que ese trayecto se vio frustrado en el puesto fijo de Aguaray, donde el personal de la Gendarmería Nacional detectó la droga a partir de la ayuda de un can antinarcótico y de un scanner móvil.
Especificó que, al ser requerido para el control de rutina, Ramírez reconoció que provenía de Salvador Mazza y adujo que se dirigía a Tucumán y que el vehículo era de propiedad de su pareja, que se dedicaba al alquiler de rodados.
Mientras se verificaban la documentación del automotor, los gendarmes advirtieron indicios de sospecha que derivaron en una requisa más profunda del automóvil.
La medida se llevó a cabo bajo el control del auxiliar fiscal José Rafael Lamas en la base operativa de esa fuerza. En ese contexto, un can entrenado marcó la presencia de paquetes de estupefacientes en la zona del paragolpes trasero y en las puertas delanteras, lo cual fue confirmado luego por un scanner móvil.
En total se extrajeron quince paquetes rectangulares del paragolpes trasero del vehículo, dos paquetes rectangulares de la puerta delantera izquierda y un paquete de las mismas características de la puerta derecha, equivalentes a un peso total de 18 kilos de cocaína.
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