Una ingesta de bebidas alcohólicas motivada por las altas temperaturas reinantes en Tartagal y deseos irrefrenables terminó con uno de los invitados degollado. Su cuerpo fue descubierto horas después del homicidio, que se habría perpetrado cuando los amigos se encontraban gravemente influenciados por el alcohol en la madrugada. El hecho ocurrió en una vivienda de Villa Güemes, en Tartagal.
El fallecido fue identificado como Sixto Flores. Según los primeros datos, las tres personas que se hallaban en la casa cuando llegó la fuerza pública desconocían que su amigo había sido asesinado.
El misterioso homicidio de Sixto Flores sacudió Tartagal. Flores fue hallado muerto en su domicilio, en las calles Las Heras y Algarrobo, mientras sus compañeros de bebida dormían junto a él, pasado el mediodía de ayer.
La policía fue notificada a las 12:50. Una persona se presentó en la comisaría para informar sobre la presencia de un hombre degollado en su vivienda y denunció, además, que junto al cuerpo inerte, sus tres amigos dormían profundamente, bajo los efectos del alcohol.
Al llegar al lugar, el personal policial constató que Flores se encontraba sin vida, con una profunda herida en el cuello. Según los primeros informes, el cuerpo fue encontrado en posición de decúbito dorsal, en el interior de la vivienda. Fuentes extraoficiales señalaron que una mujer, alertada por un vecino, se acercó al domicilio y vio a un hombre tendido sin vida sobre un charco de sangre, mientras que los otros tres amigos dormían plácidamente cerca de la escena del crimen, al parecer ajenos a lo ocurrido.
El o la denunciante aseguró haber visto a Flores consumiendo bebidas alcohólicas la noche anterior con los tres hombres que dormían cerca del cadáver. Tras la llegada de la policía, los amigos, aún bajo los efectos del alcohol, seguían durmiendo y, según se informó, desconocían lo que había ocurrido en la vivienda, mientras Sixto yacía asesinado a escasos centímetros de ellos.
El personal médico que acudió confirmó la muerte de la víctima e informó sobre la herida cortante en el cuello.
El caso fue derivado a la Fiscalía de la Unidad de Graves Atentados contra las Personas, que ordenó resguardar el lugar y realizar una serie de diligencias. Hasta el momento, no hay detenidos, solo una presunción.
El alcohol les borró la memoria
Una fuente barrial aseguró que los tres beodos se encontraban durmiendo aún cuando llegó la policía. Era tal el grado de alcohol que tenían que ninguno supo decir qué paso durante la madrugada, menos al amanecer.
Con pocos datos, la policía investiga el suceso y no se descarta que hubiera otra persona en el lugar a muy altas horas. Una vecina dijo que la “chupa” empezó en la noche del viernes y solo eran el dueño de casa y tres amigos, quienes fueron hallados al mediodía durmiendo. Al despertar bajo una resaca cinematográfica éstos no se acordaban de nada.
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