
El observatorio de la organización Argentinos por la Educación viene advirtiendo una realidad preocupante sobre alfabetización en el país: siete de cada 10 chicos de 6° grado de la escuela primaria no comprenden lo que leen. Esta podría ser claramente una de las causas del fracaso escolar, la interrupción de la educación secundaria o, peor aún, la imposibilidad invariable de aspirar a estudios superiores.
Estos datos pusieron en alerta al Gobierno nacional que ahora plantea un plan de emergencia para revertir esta realidad en la educación primaria en el país. La mirada, entonces, empieza a instalarse en los niveles escolares inferiores, donde los chicos comienzan con la experiencia escolar. A esa hora, el Nivel Inicial (el Jardín de Infantes) aparece en escena brindando un enfoque positivo y lúdico hacia la comprensión de la lectura y la escritura, habilidades fundamentales durante toda la trayectoria educativa.
Mariana Comba es licenciada en Educación Inicial de la Universidad Nacional de Santiago del Estero, especialista en Metodología de la Investigación Educativa. Desde su trabajo áulico y a través de sus columnas en diario El Tribuno, acciona en la necesidad de una nueva mirada sobre este Nivel y las particularidades de un ciclo educativo clave para la formación a futuro de todos los argentinos.
¿Cómo califica Ud al Nivel Inicial hoy?
Es el primer escalón en la trayectoria escolar de los niños y niñas; es el tiempo de vivenciar experiencias enriquecedoras que complementan la crianza y la cultura que cada uno trae de su hogar. En los últimos años ha crecido, pero aún faltan aulas en nuestro país para garantizar la cobertura en salas de 3, 4 y 5. En la provincia de Salta, para quienes no saben o no conocen, en el Nivel Inicial -y hablo de la educación pública porque es donde ejerzo- las directoras trabajan en núcleos, sin vicedirectoras. Esto significa que tienen a su cargo la gestión de hasta cinco establecimientos educativos, con un enorme plantel de docentes, contextos diferentes y problemáticas que se suman a diario. Y eso es todo un desafío. En nuestra provincia, siento que es un espacio a conquistar. Adentro somos un huracán de docentes y directivos haciendo.
¿El Nivel Inicial sigue siendo el de hace 10 años?
No lo sé realmente, pero sí puedo decir que hay mucho de lo que podemos aprender. Muchas experiencias que compartir, no sólo sobre qué hiciste como docente en los últimos años y qué hicieron tus alumnos, sino cómo lo hicieron. Y en base a eso se debe sostener en el tiempo programas y políticas para que tengan sentido. El sistema educativo argentino tiene la deuda de enseñarles a comprender la lectura y escritura a los chicos. Los saberes y habilidades propias del siglo XX no son las que demanda el siglo XXI, sumado al hecho de haber transitado una pandemia. Tampoco se trata solo de contenidos y estrategias, sino de vínculos y emociones, de trabajar la sorpresa y la curiosidad de los chicos.
¿Cuáles son los desafíos actuales de este nivel?
Yo diría que poner foco en lo prioritario: juego y alfabetización temprana, y en los sectores más vulnerables, para construir un sistema que garantice inclusión. El juego porque identifica al nivel; la alfabetización temprana, porque conecta al nivel con la continuidad del trayecto educativo. El Nivel Inicial conecta a la literatura; al arte, al mundo natural, al tecnológico y al social. Pero teniendo en cuenta que lo principal es que se aliente la curiosidad, la experimentación, la posibilidad de que los niños se hagan preguntas. No que se espere de ellos un conocimiento típicamente escolar, del nivel primario.
El plan de emergencia nacional busca bajar las Pruebas Aprender al 3° grado para actuar en forma preventiva y anticipada a los fracasos que se están dando en 6° grado. ¿Que opina de esta medida?
Me parece excelente. Necesitábamos un plan; sin plan no hay cambios. Los datos miden lo que pasa en las aulas, pero necesitábamos un plan para saber no solo dónde estamos, sino hacia dónde vamos.
¿Como cree Ud. que desde el Nivel Inicial se puede revertir esto?
No debemos suponer que el niño tiene la obligación de aprender a leer y escribir en el Jardín. Luego, priorizar algunas cuestiones. La primera es que la alfabetización temprana es un tema prioritario de la educación infantil, comienza en edades muy tempranas. Los chicos ya elaboran hipótesis acerca de cómo es la escritura y cómo funciona. Eso ocurre en hogares donde las prácticas de lectura y escritura son frecuentes, tienen experiencias compartidas con sus padres, hermanos o abuelos en las cuales quien les lee o escribe, se preocupa por explicarles acerca del texto leído, de esa escritura; les explican palabras nuevas, situaciones. La lectura a cargo de un adulto es el instrumento privilegiado de alfabetización. Pero no ocurre en todos los contextos y la escuela no debe omitir la ocasión de leer. Para eso tiene que organizarse. Las escuelas tienen importantísimas bibliotecas en Nivel Inicial. Esos libros son de los niños, deben conocer los títulos, ensayar la lectura, la entonación, ampliar su vocabulario. El docente debe ponerlos en contexto, ayudarlos a relacionar con conocimientos previos, reconstruir el significado de la historia.
¿Y dónde queda el juego?
Otra cuestión es poner en el centro de la escena al juego. El juego en el Jardín es muchas cosas: es cultura, es un contenido curricular, es experiencia de aprendizaje. Las experiencias de aprender juegos y tener ocasiones de jugar, recuperar los juegos tradicionales como producto de la cultura, es algo fundamental.
¿Qué se necesita?
Mejorar la articulación entre el Nivel Inicial y Primario. En la transición hay muchas cosas a tener en cuenta, entre ellas la coordinación curricular, la formación docente, el apoyo psicoemocional, la participación. Es muy importante durante esta adaptación que se sientan reconocidos en sus saberes y posibilidades, seguros, contenidos, capaces de afrontar nuevos desafíos.
¿Cual tendría que ser el aporte desde la familia?
La construcción de un niño y de sus posibilidades dependen del amor y de los límites; de una crianza amorosa, que comienza con la familia. Los docentes necesitamos tener en claro qué representaciones tenemos de la familia para establecer de qué modo vamos a hacer juntos y cómo nos vamos a organizar. La premisa es trabajar juntos. Porque la familia que llega a la escuela por primera vez, muchas veces no tiene elementos para confiar, y esa confianza se construye con lazos de sostén y respeto.
¿Qué significa el Nivel Inicial para Ud?
Los docentes también tenemos días difíciles en el aula. La sala de Jardín para mí es un espacio de absoluta responsabilidad. El espacio para emocionar y emocionarse, primer lugar de aprendizaje. Si el cerebro recuerda aquello que nos ha emocionado, hemos aprendido. Y eso para mí es educar. Emocionarme todos los días y buscar la emoción de los que están aprendiendo.
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