Lo que le hicieron a Miguel Chávez es incalificable.
Le robaron la bicicleta al hombre cuando estaba retirando la comida para sus hijos en el comedor comunitario del barrio 2 de abril.
Sí, el hombre tiene 64 años y tiene a tres hijos a su cargo exclusivo. En el mediodía de ayer llegó como es habitual al comedor y merendero “Soplos de Amor”, de la barriada del sur del macrocentro salteño, para retirar el alimento para niños, dejó la bicicleta en el ingreso al inmueble y pasó al salón comedor; cuando salió la bicicleta ya no estaba.
El hombre se puso muy mal, entró en crisis porque es lo único que tiene para movilizarse. Con esa bicicleta lleva a sus dos niños más pequeños desde el barrio Justicia, donde residen, hasta la escuela “Provincia de Buenos Aires”, ubicada en calle José Francisco López y casi Tavella. No sólo eso sino que tiene una hija adolescente que acude a una técnica. A ella también la lleva y la busca todos los días del colegio. El hombre vive de las changas que realiza.
Es por eso que ayer Miguel vio cómo, en un instante, se le complicaba más la vida sin su bicicleta. Lloró, maldijo y se quebró; pero como es un buen hombre luego se calmó. El papá además ayuda en el comedor siempre que puede. Limpia y consigue la leña con la que se cocinan los alimentos; es muy querido y reconocido.
“El hombre cría a sus hijos solo y se maneja en la bici para retirar la comida y a sus hijos de la escuela. Apelamos a la solidaridad de los salteños para ver si le pueden donar una bicicleta. No importa si está en malas condiciones o necesita arreglos; Miguel sabe de bicicletería y de todos oficios. La bicicleta es único medio con el que cuenta para manejarse ya que no cobra pensión ni AUH. Solo hace changas y tiene 64 años”, dijo Daniela Gutiérrez, que es la referente de la organización.
Es por eso que apelan a la solidaridad de los salteños para ver si le pueden acercar alguna bicicleta para el hombre y sus hijos. A quienes quieran donar o ver cómo puede colaborar se pueden comunicar con Daniela llamando al 387 5369094.
Una cena especial
Las dificultades que origina la presente realidad económica del país origina que las organizaciones de comedores comunitarias se conviertan en verdaderos artistas del malabarismo para realizar las actividades que antes hacían habitualmente.
Para el próximo sábado 21 de diciembre está programado el “Almuerzo de Fin de Año” en donde se celebra y se comparte. Ya comenzaron las colectas no sólo de mercaderías sino también de ropa y calzado; especialmente zapatillas. También utilizan esa actividad para entregar a las familias budines, panes de Navidad y regalos para los más pequeños. Cualquier tipo de ayuda es una sonrisa más.
Fuente: El Tribuno | Salta