Un país convulsionado recibirá el libertario Javier Milei cuando asuma la Jefatura de Estado el próximo 10 de diciembre, después del masivo reclamo de cambio que más de la mitad de la Argentina expresó en las urnas en el balotaje presidencial.
El rugido de Milei en la segunda vuelta electoral frente a Sergio Massa resultó tan poderoso como el grito de hartazgo que manifestó el 55,69 por ciento de la sociedad que respaldó al “León” este domingo, contra un 44,30% obtenido por el candidato de Unión por la Patria (UxP).
El cambio urgente que pide la gente
La ciudadanía votó por un cambio y reclama que ese cambio sea rápido, lo que supone un desafío adicional para Milei cuando reciba el bastón y la banda presidencial de parte de Alberto Fernández. El fundador de La Libertad Avanza (LLA) deberá lidiar con una ansiedad social en aumento.
Cuando baje la espuma, los electores serán los primeros en demandar respuestas inmediatas. Una amplia porción de la sociedad exhortará a Milei a que comience a torcer el rumbo apenas asuma.
Inflación, pobreza, inseguridad y el FMI
Milei tendrá que lograr lo que la “política tradicional”, que se ha caracterizado por prometer y no cumplir, no puede, no sabe o incluso no quiere resolver. Problemas relacionados con la economía y la seguridad.
Una herencia tanto económica, con una galopante inflación cercana al 150% anual en el país, como en materia de deuda externa, finanzas públicas, niveles pobreza y especialmente de hastío e impaciencia social en alza. En definitiva, mucho del triunfo de Milei se explica a partir del fracaso de la “política tradicional” aquí, como sucedió en otras naciones del mundo.
El dilema del dólar y una temina escalada de la inflación que ocurriría cuando se liberen los precios de combustibles, tarifas de servicios públicos, transporte y otros acuerdos del Gobierno saliente.
Con respecto a la deuda con el Fondo Monetario Internacional, no está claro qué quiere hacer Milei, pero sí está claro que deberá enfrentar un vencimiento pocas horas después de asumir su cargo en la Casa Rosada.
La oposicón, los sindicatos, las marchas
Tampoco da la sensación de que el peronismo kirchnerista, la izquierda, el sindicalismo o los movimientos sociales vayan a concederle a Milei una tregua medianamente prolongada. Es de esperar que no bien el ahora presidente electo procure avanzar con su intenciones de reforma del Estado e intervenga en el burocrático funcionamiento de la llamada “cosa pública” en la Argentina las calles comiencen a alborotarse.
La izquierda, por su parte, advirtió el mismo domingo por la noche que su militancia estaba dispuesta a combatir los supuestos planes de ajuste de Milei con protestas y movilizaciones.
El ajuste en el Presupuesto
En septiembre, Milei acordó con Sergio Massa que el oficialismo retrase el envío del proyecto de Presupuesto 2024 hasta que fuera electo un nuevo presidente. Ahora necesita un Presupuesto votado por el Congreso para comenzar su gobierno. Un presupuesto con un ajuste en el gasto público tal cual lo anticipó en su campaña.
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