Jeremías Olmedo tuvo una semana inolvidable. No solamente el triunfo inobjetable de ayer en el TC Pista en tierras puntanas lograron sacarle nuevamente una sonrisa, sino que además pudo concretar su promesa y renovación de fe con el Señor y la Virgen del Milagro, los patronos de Salta.
Es que a mitad de semana y junto a un grupo de amigos, Jeremías cambió de vehículo y recorrió los 180 kilómetros que unen su ciudad natal de Rosario de la Frontera con la Catedral Basílica para agradecer y venerar a los patronos de Salta, como lo hace hace varios años y sobre todo sabiendo que no iba a poder estar presente ayer en la fiesta principal.
A partir de allí, tomó su camioneta y se fue directo a San Luis, donde ayer volvió a subirse a lo más alto del podio. Semana perfecta de fe y esfuerzo.
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