El reciente anuncio del Presidente Javier Milei sobre el proyecto de Presupuesto 2025 marca un hito importante, no solo por ser la primera vez que él, como jefe de Estado, presenta personalmente el presupuesto al Congreso, sino también por la señal de que el enfoque económico será central en su gestión. Esta presentación simbólica refuerza la idea de que Milei considera que el saneamiento fiscal es el eje primordial de su gobierno.
El pilar conceptual del presupuesto es claro: el déficit fiscal cero. Esta es la premisa con la cual se formula el documento y es el mensaje clave de la presentación. Según Milei, para lograr este equilibrio se establece que el superávit primario debe ser al menos suficiente para cubrir los intereses de la deuda. Esta idea refleja una concepción rígida del ajuste fiscal, donde, de no alcanzar los ingresos para pagar los intereses de la deuda, la única opción será recortar aún más el gasto público.
Durante su intervención, el presidente defendió con fuerza la gestión del primer año de su gobierno, destacando un recorte de gasto estimado en 90 mil millones de dólares, lo cual, según él, demuestra que se ha tomado control de las finanzas públicas. Esto, desde su perspectiva, responde a las críticas que apuntaban a una falta de gestión en su administración. El mandatario también enfatizó la herencia recibida, culpando a las gestiones anteriores de haber dejado al país con una presión impositiva del 60% y una de las tasas de pobreza más altas del mundo. Milei no escatimó en palabras duras al referirse a las administraciones previas, especialmente el kirchnerismo, a quienes acusó de no haber sabido manejar la economía de manera eficiente.
Uno de los puntos más relevantes de su presentación fue la presión que trasladó a las provincias y municipios para que acompañen el ajuste fiscal. Milei fue enfático en que los gobiernos provinciales deben recortar sus impuestos, especialmente el de ingresos brutos, uno de los más gravosos a nivel local. En este sentido, resulta particularmente llamativo el caso de Salta, una de las provincias con mayor presión impositiva por ingresos brutos del país. Este aspecto no puede quedar desapercibido: Salta, y muchas otras provincias, deberán asumir el desafío de reducir impuestos si quieren ser competitivas no solo frente a otras provincias, sino también a nivel nacional.
Este es un punto crucial que Milei busca enfatizar. Si bien el gobierno nacional planea reducir impuestos, esto no tendrá el efecto deseado si las provincias no siguen el mismo camino. La presión impositiva a nivel provincial, especialmente en lugares como Salta, tiene un impacto negativo sobre la competitividad local y la capacidad de atraer inversiones. Sería ideal que las provincias aprovechen esta oportunidad para revisar su estructura tributaria, reduciendo impuestos como el de ingresos brutos, lo que las haría más atractivas para la inversión y ayudaría a generar crecimiento económico.
En cuanto a las cifras macroeconómicas, el Presupuesto 2025 proyecta un crecimiento económico del 5%, una inflación del 18,3%, y un tipo de cambio oficial alrededor de los 1.200 pesos por dólar.
En resumen, el proyecto de Presupuesto 2025 es un reflejo directo de la visión económica de Javier Milei: una fuerte apuesta por el ajuste fiscal y el saneamiento de las cuentas públicas. Sin embargo, el verdadero desafío será la capacidad política de su gobierno para implementar este presupuesto con la evidente minoría parlamentaria que posee el Gobierno Nacional.
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